miércoles, agosto 29

La costumbre de culpar‏

Cada día en cada decisión, las personas asumen una entre dos posiciones, que dan curso a lo que será su éxito o su fracaso: vivir como responsables o vivir como víctimas., es decir, culpar a otros de lo que les sucede o asumir que lo que recogemos se debe a lo que sembramos. Siga leyendo.Por razones de biología, los humanos, tenemos recursos que nos permiten relacionarnos con el mundo de manera muy particular. Cuatro de esos recursos cuya forma de utilización afectan nuestra vida en distintas áreas, son: el lenguaje, la interpretación, la memoria y la imaginación. Detallemos:
El lenguaje, se aprende en sociedad, está limitado por la forma de cultura que aprendemos y nos permite darle nombre a personas, objetos y situaciones. Si no disponemos de un nombre para expresar situaciones o experiencias podemos sentirnos confundidos. También el lenguaje nos permite usar esos nombres asignados para describir lo que experimentamos, aunque las describamos prejuiciado por aprendizajes previos. La interpretación la hacemos con pensamientos o verbalizaciones y consiste en darle sentido racional a las cosas, opinar sobre ellas, descifrar lo que significan en nuestro código personal.
En cuanto a los otros dos recursos, la memoria y la imaginación, diremos que la memoria, facultad superior vinculada al cerebro, nos permite almacenar y recordar experiencias e interpretaciones, mientras que la imaginación sirve para pensar en lo que no existe y visualizar cómo será o sucederá.
Estos cuatro recursos los usamos para conformar una opinión compleja acerca de nosotros, que conocemos como la autoimagen, base, por cierto, de toda nuestra actuación social. Esa autoimagen surge de acuerdo con la forma como hemos sido tratados, lo que hemos experimentado, como hemos interpretado nuestras experiencias y las consideraciones que hacemos sobre lo que podemos o no, hacer, lograr y disfrutar. Se habla de autoimagen negativa o positiva, si la manera de percibirnos es favorable o desfavorable, lo cual repercute en toda nuestra autoestima.
Esa autoimagen la fortalecemos y protegemos férreamente, la mayoría de las veces sin notarlo, a través de varios mecanismos de defensa entre los cuales mencionaré únicamente el de proyección. La proyección, concepto utilizado en principio por Sigmund Freud, sugiere que las personas recurren a la estrategia mental de colocar afuera, en el mundo exterior, algo que realmente les pertenece o es creación. Es una operación mental a través de la cual la persona se niega a responsabilizarse por una experiencia o situación causada o vivida por ella, y la coloca como causada por otras personas o cosas. Aquí, se da origen, cuando se hace habitual, a lo que podríamos denominar la personalidad de víctima.
La personalidad de víctima o el victimismo, consiste entonces en defenderme de posibles situaciones de malestar, a través del no reconocimiento y proyección externa (hacia otra persona o cosa) de determinada situación. Si una persona llega tarde al trabajo, dirá que la causa es el tránsito automotor, la lluvia, alguna otra persona o cierta eventualidad. No pensará que la tardanza se debe a que no se organiza, a un hábito que no ha notado que tiene, al mal cálculo del tiempo, o a una protesta metafórica que hace contra el jefe, el trabajo o la empresa.
Aunque es una realidad frecuente la existencia de personas que se sienten poderosos y privilegiados y que se aprovechan de su rol o su capacidad para imponer conductas y métodos abusivos en contra de otros menos privilegiados en lo político, lo económico o lo social, también lo es que la existencia de quienes se sirven del victimismo para ganar atención o compasión. Estos se muestran débiles y maltratados para encontrar el apoyo de otros y evitar tener que realizar los esfuerzos que su situación de vida, natural o adquirida les impone.
Una forma rabiosa de victimismo, consiste en molestarse por que otros no son como nosotros o como deseamos que sean. En estos casos la tendencia es a atacarlos, acusarlos, etiquetarlos para dañarlos moral, emocional o físicamente. Esta demostración de intolerancia excluyente, que por inconsciencia e ignorancia espiritual, suele verse amparada por ideologías y credos que ocultan lo que en realidad no es más que simple y llana conducta patológica.
Todos hemos actuado desde como víctima. Niños, jóvenes, adultos y ancianos, hombres y mujeres, negros, indios y blancos, pobres, ricos. No hay excepción a esta regla y la razón es que, salvo algunos privilegiados, las personas no conocen la forma como funciona su mente, como crean una realidad falsa basada en pensamientos irracionales que generan conflictos y sufrimiento. ¿Y cuáles serían las soluciones?
1- Acepte que suele vivir desde una posición de víctima, sin negarlo o evadirlo.
2- Decida vivir desde una nueva posición mental, la responsabilidad de causa, lo cual consiste en aceptar que en alguna medida y a veces totalmente, es usted responsables de cuanto ocurre y acepta que ocurra en su vida. Pregúntese: ¿Qué estoy haciendo para que esto me este sucediendo?
3- Acepte la nueva premisa de que usted no reacciona ante los eventos, situaciones o personas, sino a su interpretación u opinión acerca de ellos. No es lo que hacen sin lo que usted considera que deberían o no deberían hacer, lo que le afecta.
4- Descubra la lista de personas y excusas que tiene para victimizarse.
5- Manténgase alerta y relajado, para evitar reaccionar automáticamente.
6- Pida a una persona cerca que le indique si se está victimizando.
Tome usted estas reflexiones, trabaje sobre ellas, y elévese por encima de la mediocridad funcional que significa pasar por la vida culpando a otros por lo que cada uno de nosotros ha elegido pensar, sentir, hacer, aceptar y estimular. Obsérvese, conózcase y transfórmese.
Msc. Renny YagoseskyComunicador SocialAsesor OrientadorEscritorConferencista

martes, agosto 28

MIEDO AL FRACASO, nuestro mayor impedimento

Todos los seres humanos contamos con virtudes y con defectos. Todos poseemos habilidades individuales que nos llenan de orgullo y satisfacción, pero también contamos con limitaciones que nos frenan y producen insatisfacción e infelicidad. ¿Sabes tú cuáles son las habilidades que te destacan y diferencian del resto de las personas? ¿Conoces cuáles son las limitaciones que te doblegan y minimizan? Recuerda que el tomar consciencia de ellas es el primer paso para superarlas. ¿Quieres mejorar cada día? ¿Quieres expandir tus propios límites? Tú puedes hacerlo. Para ello, sólo debes entender que cualquier habilidad que posees actualmente fue adquirida y perfeccionada en el transcurso del tiempo. Cuando naciste, no contabas con ningún conocimiento, pero a medida que los años fueron pasando fuiste aprendiendo importantes lecciones que te enriquecieron profundamente. Entiende que ese proceso de perfeccionamiento no tiene fin en sí mismo, sino que eres tú quien determina cuándo parar de hacerlo. ¡Ojalá que nunca lo hagas! Entiende que lo que denominamos virtudes y habilidades, no son más que lecciones aprendidas que se materializan en acciones concretas. Por el contrario, lo que normalmente denominamos limitaciones, por lo general no son realmente limitaciones sino que es una ausencia de conocimiento. En otras palabras, si no sabes hacer algo, se debe, probablemente, a que todavía no has dedicado el tiempo y el esfuerzo para adquirir los conocimientos necesarios, ponerlos en práctica y perfeccionarlos. Entiende que el no haber aprendido algo, no es una limitación; es simplemente un espacio vacío que debe ser llenado. Queda en ti la responsabilidad de completar esos espacios. Sin embargo, para lograrlo, tendrás que dejar atrás tu mayor limitación: El miedo a equivocarte. El miedo a fracasar. Recuerda que siempre que intentes aprender algo nuevo te equivocarás. Siempre que te fuerces más allá de tus conocimientos actuales harás equivocaciones. Lo importante, es entender que fallar y equivocarse no es fracasar, sino aprender. Nuestros peores errores son nuestros mayores aprendizajes. Intentar algo y equivocarse no significa fracasar, significa evolucionar. Fracasar, por el contrario, es permanecer estático y expectante. Fracasar es ser conformista. Fracasar es aceptar una realidad que no te hace feliz. Tú puedes lograr cualquier cosa que te propongas. Parte, sabiendo exactamente qué es lo que deseas lograr. Luego, define un plan de acción. Y, además, propónte luchar incansablemente hasta alcanzar dicha meta. Prométete sentirte bien al equivocarte, ya que en ese momento habrás aprendido algo nuevo que te acercará aun más a ese objetivo que ya te has fijado. Deja atrás el miedo a fracasar y te habrás despojado de tu mayor impedimento.Vive con pasión y entusiasmo, sabiendo que TÚ TAMBIÉN PUEDES.
Vive con pasión y entusiasmo, sabiendo que TÚ TAMBIÉN PUEDES.

domingo, agosto 26

Coleccion de venenos

CHISME Rumor expresado con certeza total y cuyo objetivo es desacreditar y hacer alianzas para destruir. PESIMISMO Agoreros del desastre buscan aniquilar la esperanza, su actitud sumerge a las personas en la amargura, muchos la disfrazan con el bajo escudo de “ser realistas”. ACTITUD NEGATIVA Son neuróticos y están convencidos que tienen el derecho de maltratar a las personas que los rodean. CRÍTICA DESCONSTRUCTIVA No critican para construir sino que buscan humillar y ridiculizar, creen que si producen dolor el otro cambiará. RENCOR Almacenan cuentas por cobrar, llevan una contabilidad minuciosa de las ofensas y desprecios recibidos, se amargan su propia vida y la de los demás. ODIO Viven esclavizados por un demonio que no les permite ser felices a menos que vean aniquilados a sus enemigos, es la antesala de los más crueles actos. VENGANZA Su mayor placer es el mal que les puede acontecer a sus enemigos, buscan implacablemente destruirlos, se han especializado en maquinar las más aberrantes formas de lograr sus propósitos. ENVIDIA No toleran el éxito de los demás, en el fondo los admiran pero no pueden reconocerlo, desean fervientemente que éstos pierdan lo que poseen. SOBERBIA Ellos mismos son el objeto de su mayor culto y admiración, nadie los merece, por supuesto se creen superiores a todos los mortales, su especialidad es el desprecio y la humillación. OFENSA Son especialistas en herir a los demás, sus palabras y actitudes cada día las afinan más para castigar con mayor actitud y profundidad. Existen personas que no solamente utilizan algunos de éstos venenos sino que se hacen todos los días un licuado con todos, son sus demonios que los acosan de día y de noche y no les permiten alcanzar la paz interior y la felicidad, el único exorcismo efectivo para acabar con ellos es la ACEPTACIÓN y el PERDÓN. Los Líderes de Excelencia los evitan a toda costa, saben que si acaso penetra alguno de ellos en su espíritu pueden quedar atrapados para siempre, saben además que si se filtran en su equipo de colaboradores los pueden destruir y acabar con el trabajo en equipo, están conscientes que toda su obra corre el riesgo de derrumbarse. Están alertas a la presencia de cualquiera de ellos, de inmediato se dan a la tarea de erradicarlos buscando siempre la armonía y estimulando los valores de la tolerancia y la comprensión.
Miguel Angel Cornejo

viernes, agosto 24

Como?

- Oye papá, ¿cómo fue posible que los sueños de Julio Verne ahora sean una realidad? No entiendo cómo ese señor hace más de 100 años pudo imaginar lo que ahora ya existe, y así como él, ¿cuántos han tenido fantasías que ahora ya son realidades? - Hijo, a todos nos sorprende la capacidad creativa del ser humano, de hecho nos confirma nuestro destino infinito. Si simuláramos que tú y yo hubiéramos nacido en el siglo pasado y alguien nos platicara de cómo íbamos a vivir a finales del siglo XX, difícilmente le podríamos creer. El proceso es insistir en el cómo realizar nuestros sueños; cuando a Newton le cuestionaron cómo logró concebir su obra del sistema mecánico del universo contestó: «Nocte dieque incubando», «pensando en ello día y noche». ¿Cómo? se preguntó, durante 5 mil intentos Thomas Alva Edison para lograr finalmente encender una bombilla. ¿Cómo?, fue el cuestionamiento de Louis Pasteur para lograr hacer posible lo que parecía imposible, vencer la rabia. Los hermanos Wright tenían la certeza de que lograrían volar, lo que no sabían era el cómo y tanto insistieron que lo lograron. Miguel Hidalgo, artífice de la independencia de México, sabía que no existía otro camino para su nación que la libertad y su reto consistió en encontrar el cómo. Winston Churchill tuvo siempre la ambición de llegar a ser el primer ministro del imperio británico y su desafío fue encontrar el camino, el cómo lograr su sueño. El sueño de John F. Kennedy era ganar la carrera espacial a los soviéticos colocando a un norteamericano en la luna antes que nadie; su única limitación fue resolver el cómo lograrlo. Cristóbal Colón no tenía duda alguna de encontrar una nueva ruta hacia las Indias; cuando resolvió el cómo encontró un nuevo continente. La escuela socrática griega nos heredó el arte de preguntar para encontrar la respuesta; ahora estamos seguros de que cualquier sueño se puede convertir en realidad si somos capaces de encontrar el cómo hacerlo. Por supuesto que el asesino de todos los sueños es el miedo a fracasar; por eso, la fe es el ingrediente nuclear para alcanzar cualquier tipo de realización. Sin ella no existe la fortaleza para insistir, cuando se posee esta seguridad, el cómo tarde o temprano surgirá. Los problemas empiezan cuando dejamos de mirar el objetivo; cuando nos sentimos abrumados ante los obstáculos es porque perdimos el blanco, nuestra atención se dispersa, mientras no nos mantenemos concentrados en el centro. En el fin último de nuestro proyecto contemplamos las adversidades solamente como retos a vencer, los resultados adversos se asimilan como valiosas experiencias que nos acercan cada vez más al objetivo. En primer lugar, nos debemos plantear a nosotros mismos qué deseamos lograr, lo cual debe abarcar todos los aspectos de nuestra vida.
¿Quién deseo ser como persona?
¿Qué potencialidades poseo y debo desarrollar?
¿Qué limitaciones debo superar?
¿En mi trabajo, cuál es mi objetivo?
¿A dónde quiero llegar?
¿Qué quiero aportar?
¿Qué familia deseo integrar?
¿Qué hijos me gustaría formar?
¿Qué calidad de padre deseo ser?
¿Socialmente, qué quiero aportar?
¿A qué causa quiero servir?
¿Qué matrimonio deseo realizar?
¿Qué calidad de pareja deseo tener?
¿Qué felicidad quiero construir? A estas interrogantes y a muchas más según la cantidad de nuestros proyectos, a lo largo de la vida, podemos encontrar respuesta si primero encontramos el centro, el objetivo del porqué, si creemos que lo lograremos, ¡sorpresa, lo lograremos! solamente nos resta resolver el cómo, si tenemos la fortaleza necesaria para insistir sin tregua ni final, lo encontraremos. Encontrar el cómo ha sido el gran detonador, todo lo que el ser humano puede imaginar lo puede realizar. Dios nos concedió el talento para lograrlo y a nosotros es a quienes corresponde el esfuerzo para convertir en realidad nuestros sueños. Por eso, hijo mío, señálate un objetivo por increíble que parezca e insiste en encontrar el camino. Te aseguro que la estrella que deseas alcanzar finalmente la tendrás.
Miguel Angel Cornejo

jueves, agosto 23

Nuestra Manera de Pensar. Tipos de Cerebros y de Inteligencias.‏

Nuestra mente es similar a un depósito en el que se almacenan los pensamientos, donde queda todo registrado. Es allí donde deben comenzar los cambios, donde hay que desterrar y arrancar los conceptos que nos lastiman y que nos hacen vivir de sufrimiento en sufrimiento.
Aprendimos a pensar en pequeño, a planificar a corto plazo, a salir solo de ese momento, de esa situación.
Nuestro cerebro contiene cerca de diez mil millones de neuronas y está comprobado que a mayor cantidad de estímulos que reciban mas protuberancias se unirán a otras, aumentando las interconexiones cerebrales. Piense por un momento lo que ocurriría si todas ellas se activan. Lograrás cosas que antes creías que no eran para vos, que no te pertenecían.
Tipos de cerebros y de inteligencias.
La inteligencia está en todo el cuerpo humano y cada experiencia vivida se desarrolla predominantemente en un área de nuestro organismo, funcionando como “cerebros”.
Se ha enfatizado erróneamente y durante cierto tiempo, que los seres humanos usamos el 10% de nuestro cerebro, que sólo aprovechamos la diezmilésima parte de él.
1. El cerebro de las entrañas:
¿Escuchaste alguna vez: “siento un nudo en el estómago”? Es el cerebro que se pone en funcionamiento cuando pasas por una experiencia traumática y se somatiza en el estómago. No es por lo que ingeriste sino por la circunstancia por la que tuviste que atravesar. Este cerebro es independiente del cerebro que tenemos en la cabeza.
2. El cerebro de la cabeza:
Es el que conocemos, el que más se utiliza. Conocido como el cerebro racional.
3. El cerebro del corazón:
Es el que nos estimula y nos ayuda a responder ante la vida. Allí están las metas que nos impulsan a sobresalir, a buscar nuevas oportunidades para aprender a crecer. Cuando estamos ante una decisión importante para nuestra vida debemos fijarnos qué es lo que piensa cada uno de estos tres cerebros.
Y hay un cuarto cerebro, una cuarta inteligencia no utilizada por todos y que la utilizan algunos privilegiados…
4. El cerebro o inteligencia espiritual:
Es una inteligencia superior que nos permite resolver algunos asuntos que los tres anteriores no pueden hacerlo. No todas las personas activan este tipo de cerebro, y sin embargo es en ese lugar en donde surgen los límites y las barreras que deberemos enfrentar para alcanzar nuestros sueños.
La inteligencia emocional
Hay otro tipo de inteligencia, llamada “inteligencia emocional” que es la responsable en la mayoría de las personas, de sus éxitos o sus fracasos. El Dr. Hendrie Weinsinger dice que “… es útil en tiempos de bonanza, imprescindible en tiempos de crisis”.
Esta inteligencia nada tiene que ver con el coeficiente intelectual de cada persona, se la relaciona con las características de la personalidad o simplemente con el carácter del individuo.
Se sostiene que las capacidades sociales y emocionales pueden ser aún más fundamentales para el éxito en la vida que la capacidad intelectual.
Algunas cualidades emocionales que influyen directamente en el logro del éxito son:
la empatía
la expresión y comprensión de los sentimientos
el control de nuestro carácter
la independencia
la capacidad de adaptación
la simpatía
la capacidad de resolver los problemas de forma interpersonal
la persistencia
la cordialidad
la amabilidad
el respeto
En los tiempos que corren la inteligencia emocional de cada persona es sumamente importante y tenida en cuenta ya que es la que determina cómo nos manejamos con respecto a nosotros y el tipo de vínculo que establecemos con los demás.
¿Cómo te relacionas contigo mismo?
A la capacidad de relacionarse bien consigo mismo se la llama “inteligencia intrapersonal”. Al igual que la “emocional” también está compuesta por otras competencias que determinarán el modo de relacionarnos con los otros. De allí que es necesario poder descubrirnos y conocer las habilidades que tenemos, necesarias para superarnos y lograr los resultados que esperamos.
Estamos acostumbrados a mirarnos para afuera, en el otro, sin embargo, tenemos que aprender a investigar hacia adentro nuestro. Vemos las fallas de los demás, pero no las nuestras.
Es fundamental que puedas conocerte para poder establecer buenas relaciones con los demás y para cambiar las formas de pensamiento.
La queja: si eres de los que se quejan todo el tiempo, será tu mayor impedimento para alcanzar el éxito. Donde hay queja pon sabiduría.
La pasividad: caracterizados por el miedo. El temor te paraliza y no te deja avanzar. Si piensas que no vas a poder lograr algo, ése no es un pensamiento correcto porque estás determinando tu límite.
La desconfianza: los desconfiados piensan que todo se lo hacen a propósito, todo lo hacen en su contra. Tal vez porque en algún momento de su vida sufrieron alguna traición y quedaron lastimados, por eso piensan que los demás buscan lo mismo. Tienes que saber que dentro de ti está la capacidad par quebrar tu pasado y volver a levantarte.
No permitas que tus pensamientos te arrastren. Necesitas aprender a ponerle stop a tu mente y decirle ¡basta! a esos pensamientos, porque estás viviendo lo que crees de vos mismo.
He aquí un diálogo entre dos amigos que se encuentran en un bar:
Me dijeron que ganaste ese juicio que tenías paralizado desde tanto tiempo y te van a pagar un montón de dinero…
Sí, pero viste... ahora no sé que hacer con la plata… Puedo comprar dólares, pero… ¿y si baja la cotización? Y si lo deposito en alguna entidad bancaria puede pasar lo de años atrás… aparece el famoso corralito y me incautan lo que deposité. Si la escondo en mi casa pueden entrar a robarme….
La pregunta que tendrías que hacerte hasta el último día de tu vida es: ¿qué pensamientos son los que están frenando la conquista de tu éxito? Las dudas, el miedo, la pasividad, no saber escuchar, hablar todo el tiempo, tratar mal a la gente ¿serán lo que te hace detener? Es bueno que lo puedas identificar y quebrar para alcanzar los sueños que determinaste para tu vida.
Bernardo StamateasEscritor, Director de la Fundación Volver a Empezar, Terapeuta Familiar, Sexólogo Clínico y Miembro Distinguido de la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana.

martes, agosto 21

Lee este mail,no lo dejes pasar,te va a dar una mano para mejorar tu vida‏

A menudo somos demasiado exigentes con nosotros mismos; somos demasiado severos. Cuando nuestra autoestima es más alta empezamos a aceptarnos tal y como somos, con nuestros defectos y nuestras virtudes. ¿Cómo podemos mejorar la autoestima?
Nacemos conscientes de nuestra perfección innata y sintiéndonos merecedores de todo lo bueno. Nuestra autoestima está intacta.
Después, empezamos a escuchar a los adultos que nos rodean y a grabar sus propios mensajes negativos en nuestro propio disco mental aun virgen de toda negatividad o falsa creencia alguna. Porque los amamos los consideramos y sin condiciones damos por hecho, en el principio de nuestra vida, que ellos tienen el monopolio de la verdad. Así empieza a menguar nuestra autoestima.
Ahora, comenzamos a negar nuestra propia magnificencia, renunciamos a nuestra autoestima. Aprendemos a sentirnos confusos con la vida y con nosotros mismos considerando, más que las nuestras, las reacciones de los adultos que nos rodean y enseñan. Es decir, si hemos vivido con personas desdichadas, coléricas, asustadizas, críticas, con sentimiento de culpa, y baja autoestima habremos escuchado y aprendido cosas negativas sobre nosotros mismos, sobre los demás y sobre la vida.
La base de todo problema, malestar, sensación de no merecer lo bueno… es siempre la falta de amor por uno mismo (autoestima), el olvido de nuestro auténtica identidad, el rechazo inculcado de nuestro propio yo.
De ahí en adelante, nos es muy difícil aceptarnos, pues llevamos dentro esas informaciones ajenas sobre quienes somos. Empezamos a creer en supuestos defectos, creencias que nos hacen caer poco a poco, en la imposibilidad de amarnos y aceptarnos tal como somos. Nuestra autoestima sigue menguando.
A cada instante nos exigimos ser o alcanzar lo perfecto y si no lo conseguimos, nos auto-prohibimos el sentirnos felices y a gusto.
Pero ¿y quién a dicho que debamos de ser perfectos? ¿Acaso conoces a alguien perfecto?
El trabajo de recuperación de la autoestima, no es ni más ni menos que un proceso reeducativo y liberador de nuestra realidad innata, como ser y como persona. Es como vaciar un cubo que ha sido llenado de basura. Rehabilitar nuestra autoestima es limpiar para recuperar nuestro espacio interior. Es sentirnos de nuevo a gusto en nuestra cotidianidad. Nos permite volver a Casa, volver a la conciencia del porqué de nuestra presencia en esta vida humana, en pleno corazón del universo. Re-conocerse a uno mismo descubrirse, reaprender a vivir, aceptarse en el momento presente, aquí y ahora, sabiéndose libre siempre de cambiar para evolucionar, aquello que nuestro propio corazón nos va dictando desde su autenticidad.
A continuación os dejamos descubrir o redescubrir, algunos pasos sencillos y útiles para recrear el sendero del respeto y la aceptación.
Deja de criticarte: ¡Decídete a dejar eso atrás! Simplemente Sé. Descubrirás que eres una persona maravillosa tal como eres hoy. Si leyendo esto te surgen pensamientos tales como: "sí, pero no habla de mí" o "si supiera las cosas tan feas que hay en mi", "no sabe lo mal que yo me porto"… entonces, no has aceptado todavía ver y entender que tú también eres una persona esencialmente maravillosa tal como eres ahora mismo con todas tus imperfecciones; sí, imperfecciones que existen en ti para que, tú, y nadie más, las vayas corrigiendo a lo largo de tu vida. Si realmente estas haciendo todo lo que puedes para sanarte, para mejorar, como cada uno de nosotros en este planeta y este universo, en función de tus conocimientos de tu conciencia y al ritmo de tu propia evolución, entonces todo esta bien!
Me amo y me acepto tal y como soy. Mi autoestima crece a cada instante"
Deja de asustarte: ¿Cuántas veces nos hemos imaginado lo peor en relación a un problema que tuviésemos? Somos seres responsables; nosotros elegimos qué pensar y como tratar las situaciones en nuestro cotidiano. ¡Aumentar, incrementar las que sean difíciles por pensamientos negativos puede resultar paralizante! Acaso hay alguien más que tú en tu propia cabeza? Naturalmente no.
Entonces no podemos culpar a nadie de obligarnos a ser negativos o de pensar por nosotros mismos, pues nadie puede meterse en nuestra mente.Así vemos que podemos, sin que nadie nos lo pueda impedir, sustituir todo pensamiento negativo por otro más sano. La afirmación positiva es una herramienta poderosa que nos permite ver las cosas con más claridad. Esta toma de consciencia abre las puertas a la acción y libera considerablemente nuestro mental.
Se amable, cariños@ y paciente contigo mism@: la impaciencia es la mayor resistencia a la evolución, al cambio. Claro que nos equivocamos y cometamos errores. Esto es natural en todo ser. El proceso de transformación humano exige tropiezos facilitadores del cambio. La única forma de aprender es aceptar los errores. ¿Quien podría corregirse antes de haber identificado y aceptado la falta o la equivocación?
Se cariños@ con tu mente: dejemos de culparnos y sentirnos culpables; pues la culpa solo busca el castigo, ¡nunca busca la solución!. Las experiencias sirven para aprender y superar, no para derribarnos. Por muy inteligente que sea un niño, va al colegio para aprender. Ningún maestro le pediría que llegue a clase para tomar su puesto.
Elógiate: cuando emprendas una nueva experiencia, no te critiques, elógiate por haberlo hecho lo mejor que pudiste en ese momento. Sé constante. Con elogiarte un par de veces no es suficiente.
Pide ayuda: la mayoría de nosotros nos hemos criado en la creencia de que debemos hacer las cosas solos y sin pedir ayuda. Especialmente en los temas que tocan emociones, sentimientos, etc… En lugar de intentar hacerlo todo solos, agotarnos y muchas veces no conseguirlo, la próxima vez pide ayuda.
Ama los rasgos que menos te gustan en ti: todos hemos hecho elecciones negativas en algún momento de nuestras vidas. Si nos enfadamos y/o castigamos por ello lo único que hacemos es perpetuarnos en esa elección.
Cuida tu cuerpo: lLa aceptación y el respeto por nosotros mismos, la autoestima, pasa necesariamente por el cuidado de nuestro cuerpo.
Práctica las afirmaciones: nuestras creencias crean nuestras experiencias. Nosotros elegimos qué pensar. Las afirmaciones positivas son formas de reprogramar nuestros pensamientos hacia otros más positivos y beneficiosos. Práctica afirmaciones para fomentar tu autoestima.
Acéptate YA en este precios instante: no esperes a haber arreglado las cosas o a que los demás cambien para aceptarte y respetarte tal y como eres. El momento de poder está siempre en el presente, ahora.
No estamos aquí para contentar a otras personas o para vivir conforme a sus directrices. Sólo podemos vivir a nuestra manera y caminar por nuestra propia senda. Cuando abandonemos el planeta no nos llevaremos a nuestra pareja, coche, casa, etc…, sino a nuestra capacidad de amar.
"Mi autoestima aumenta constantemente a partir de ahora"
Victoria VinuesaPsicóloga, Psicoterapeuta y Coach. Consteladora Familiar.

miércoles, agosto 15

La prision de las excusas‏

Cuando las personas acuden a mí en busca de ideas sobre cómo solucionar sus problemas financieros, y les pregunto sobre el origen de dichos problemas, casi siempre lo que viene después es una excusa o justificación. Los seres humanos, hemos podido amasar un enorme arsenal de excusas para justificar porque no hemos hecho aquello que ya debimos haber hecho. “No he tenido tiempo de ir al banco", "no fue culpa mía", "no he podido avanzar porque mi jefe no valora mi trabajo", "lo que sucede es que mi esposa es muy desordenada con el dinero".
¿Has escuchado alguna vez alguna de estas explicaciones de personas que tratan de justificar por qué la circunstancia que puedan estar enfrentando está totalmente fuera de su control? Después de escuchar éstas y miles más de excusas, he llegado a la conclusión de que todas estas excusas no son más que una manera de eludir nuestras responsabilidades y justificar nuestra mediocridad buscando culpables por aquello que siempre estuvo bajo nuestro control.
Sólo tres cosas son ciertas acerca de las excusas:
Lo primero es que si verdaderamente quieres encontrar una excusa, ten la plena seguridad que la encontrarás.
Lo segundo que descubrirás es que cuando comiences a utilizar esta excusa vas a encontrar aliados. ¡Sí! Hallarás personas que las crean y las compartan. Ellas te van a decir: “Yo sé cómo te sientes porque a mí me sucede exactamente lo mismo”.
Y, finalmente, encontrarás que una vez las des, nada cambiará acerca de tu realidad. Tu mediocridad seguirá ahí, los problemas permanecerán igual, no habrás avanzado sino que habrás retrocedido. Así que evita dar excusas.
Quiero que durante las próximas semanas examines cuáles son las excusas que utilizas con más frecuencia. ¿Acaso las dices porque crees que son verdad o qué es lo que estás tratando de justificar con ellas? En la mayoría de los casos, las excusas ocultan un mal recurrente o un mal hábito de la persona.
Por ejemplo, muchas personas utilizan el tráfico o el mal tiempo para justificar el hecho de llegar tarde a todas partes. Pero lo cierto es que llegar tarde tiene menos que ver con el tráfico y mucho más con la falta de organización. Quizás el verdadero problema es que te comprometes excesivamente, o que te distraes con mucha facilidad y se te pasa el tiempo, o quizás es que no has aprendido a respetar el tiempo de las demás personas.
Entonces, si encuentras que eres el tipo de persona que acostumbra llegar tarde a todo, en lugar de continuar buscando excusas, toma la decisión de salir un poco más temprano a todas tus citas o evita comprometerte en exceso. Haz esto y te aseguro que muy pronto nos veremos en la cumbre del éxito.
Camilo CruzRenombrado expositor, Escritor, Científico, Consultor y Conferencista Internacional, Catedrático Universitario http://www.elexito.com

lunes, agosto 13

Transformemos la Culpa en Aprendizaje y Crecimiento‏

Nuestra educación y tradiciones nos enseñaron a sentirnos culpables cada vez que nos equivocábamos o cometíamos un acto de inconsciencia. También aprendimos que toda falta debe ir acompañada del respectivo castigo, y así transcurrió nuestra niñez y adolescencia tanto en nuestro mundo escolar como familiar.
De esa forma llegamos a adultos, cargando o arrastrando una pesada carga de culpas, producto que como seres humanos que somos, nos equivocamos muchas veces.
Hace unos diez años, entré por error a una sala donde se daba una Charla sobre el libro Un Curso de Milagros, me senté en la parte posterior del salón a esperar que comenzara la charla a que yo si había sido invitado, y en ese momento comentaban una frase de ese famoso libro, que dice: “ No existen pecados a ser perdonados, sino errores a ser corregidos” . Su contenido me impactó, ya que rompía con un paradigma que tenía desde niño.
A partir de allí, he tratado de implementar en mi vida esa frase y compartirla con mis alumnos y mis escuchas ya que una de las herramientas que la vida nos regala para crecer y evolucionar es a través del aprendizaje que obtenemos de los errores cometidos, sobretodo cuando en conciencia y responsablemente asumimos ese error. Eso significa mirar al pasado y analizar qué pasó, porqué me ocurrió tal cosa, porqué actué de tal manera que luego me arrepentí de ello pero el mal ya estaba hecho? Si razono humilde y conscientemente podré darme cuenta que lo pude haber hecho mejor, con mejores consecuencias para mí y los que me rodean. Me arrepiento del error cometido, pido perdón a la o las personas que fueron afectadas por mi actuación, resarzo el daño material, de ser eso posible y me propongo continuar de allí en adelante actuando de una forma mas consciente cada vez que una situación similar se presente.
Si actúo así, de cada error cometido habrá quedado un aprendizaje, no solo para no volverlo a cometer sino para incluso compartir con otros la experiencia y que así otros se beneficien de mi error
Somos como esos globos de colores que recorren los cielos de algunos países de Europa, que para que se puedan elevar, deben soltar los sacos de arena que les colocan para mantenerlos anclados en tierra. Esos sacos de arena son nuestras culpas, los rencores por culpas que achacamos a otros así como parte de nuestras historias personales que no quisiéramos recordar.
Al incluir este nuevo paradigma en cuanto a los errores, al aprender a vivir en presente, sabiendo que como seres humanos nos equivocaremos múltiples veces, pero que de esos errores voy a aprender y crecer, vamos a poder elevarnos , evolucionar y crecer como Seres de Luz, que vinimos a este a este planeta a cumplir con la hermosa misión de dejar este mundo, cuando nos toque irnos , al menos un poquito mejor que como lo encontramos.
Eduardo GonzálezInstructor certificado por el Instituto “CHOPRA CENTER FOR WELL BEING”, Deepak Chopra, de San Diego, California

sábado, agosto 11

La sancion del perdon‏

La ciencia de hoy sabe con certeza que los sentimientos negativos influyen en la aparición y sostén de numerosas enfermedades. Asimismo, las interpretaciones positivas de los eventos y la capacidad de perdona y olvidar, se ven como elementos favorecedores de la buena salud. Siga leyendo.En 1993 se realizaron en USA cerca de 500 millones de consultas con terapeutas alternativos, señal inequívoca de que se están descubriendo nuevos caminos para la sanación y la salud, distintos a los tradicionales. A mediados de los años cincuenta Ronald Hubbard dijo a que cada persona llevaba dentro de su mente una serie de "pensamientos demonio", causales de casi todos sus males. Ya anticipaba el visionario lo que luego sería validado por tantos especialistas de la curación: que las enfermedades se relacionan en alta medida con bloqueos emocionales, derivados de las interpretaciones limitantes que hacemos de situaciones y eventos.Es un hecho comprobado que pasar mucho tiempo asociados con estados emotivos como la tristeza, la culpa, la apatía, el miedo o la rabia, hacen que el Sistema Inmunitario del organismo, cuya misión es protegernos de agentes nocivos, se debilita y nos hace presa fácil de ciertas enfermedades. Si estas emociones se prolongan, el daño puede llegar a ser irreparable.Quizás sea por esto por lo que al ver la salud en un perspectiva holística o integral, se entiende que sanar las emociones es sanar el cuerpo, y es por ello que tantos terapeutas sensibles e informados, recomiendan dos de los remedios más baratos y efectivos que existen: meditar y perdonar. Aquí, revisaremos más de cerca lo relativo al perdón.Puede decirse que todos tenemos resentimientos o rencores hacia otros en mayor o menor medida, pues nos hemos sentido subestimados, humillados, ignorados, vulnerados, y entendemos como algo justo recibir una disculpa o una indemnización por el daño recibido, o simplemente podemos llegar a desear e incluso a ejecutar una venganza.Sin embargo, ya que cada persona percibe una realidad diferente dependiendo de su mundo mental y su historia personal, podemos ser injustos o empeorar las cosas con acciones inadecuadas de ajuste de cuentas con lo que creamos un espiral de sufrimientos y destrucción mutua, sin ganadores ni satisfacción.Visto así, pienso que nada mejor que cerrar el paso al odio en nuestros corazones y aprender a perdonar. ¿Y qué significa perdonar? Perdonar significa renunciar a nuestro derecho a la venganza, perdonar es decidir comprender antes que odiar, perdonar es aceptar que todos somos ignorantes e inconscientes, y que la persona daña otras, se daña también a sí misma. Perdonar es aceptar que cada experiencia nos muestra una responsabilidad no asumida y que algún lado positivo existe en lo que me hiere que ahora no soy capaz de ver o entender. Perdonar, es asumir que hay más de una forma de ver la misma situación y que puede ver otros de esos ángulos para no llenarme de rencor y deseos de dañar.Perdonar, sin embargo, no significa ignorar o restar importancia a ciertos hechos, aprobarlos o estar de acuerdo con ellos. No significa tampoco darle la razón a quien nos lastimó, ¡No! Significa que estamos listos para dejar de lado, sacar, y quitarle poder y peso a los pensamientos y emociones limitantes que nos acechan y minan nuestra paz, nuestra alegría y nuestra felicidad.El perdón es un ejercicio de liberación emocional que cura el cuerpo y sana el espíritu. Es una expresión de amor hacia nosotros mismos, de potencia liberadora. Es aceptar que lo que pasó no debe subyugarnos de por vida; es pues, una declaración de que puedes mejorar, de quieres mejorar y retomar el control de tu existencia. Perdonar es abrirnos a una forma de ver la vida desde una óptica más inteligente y compasiva, para poder comprender que todos nos equivocamos y que algún día también podríamos necesitar ser perdonados. ¿O es usted de los que cree que los pecados de los otros son siempre peores que los suyos? Creo, como Dale Carnegie, que quien hace daño lo hace por ignorancia.Visto desde una óptica menos materialista y más espiritual, y basándonos en la denominada "Ley de Causa y Efecto, podemos afirmar que en el plano espiritual no existe la injusticia, pues todo lo que haces te será hecho.Pese a estos razonamientos, muchos, quizás demasiados se niegan a perdonar. ¿Por qué? Por varias razones: 1-) Tenemos una idea ilusa de que las cosas no deberían haber sido como fueron o que no deberían ser como son. 2-) Asumimos que hemos sido dañados de manera premeditada, tomamos las cosas como algo personal, 3-) Queremos que las personas, la vida o el mundo sean como lo deseamos. 4-) por soberbia y por el empeño de "tener siempre la razón" aunque en el intento perdamos mucho o lo perdamos todo. Cuando no perdonamos, dice Ramón Samso, demostramos tener poca fe y un claro temor de que se repita lo que nos llena de rencor.Por vía de la lógica, perdonar es una decisión adecuada, pues nos confronta con que el pasado sólo existe como un paquete de recuerdos que podemos traer, modificar, disolver o reprimir. Aunque sabemos que hay casos en los que las consecuencias nos recuerdan los hechos que detestamos, olvidamos que no son los eventos los que nos hacen reaccionar negativamente, sino la interpretación que de ellos hacemos. Por fortuna podemos sanar y conviene saber que existen técnicas para reducir la fuerza de las emociones negativas y una ayuda terapéutica puede ser necesaria y útil.¿Y cómo saber si ya hemos perdonado? Lo sabremos cuando consideramos que no hay más deuda que cobrar. Vivir resentidos es una muy mala manera de vivir. Perdonar es una forma de amar, perdonar libera, perdonar sana.
Lic. Renny YagoseskyComunicador SocialAsesor OrientadorEscritorConferencista

miércoles, agosto 8

Ver lo invisible, creer lo increíble y lograr lo imposible, (mis sueños)‏

Es muy fácil minimizar los sueños. Si los tomamos como algo sin importancia, los sueños perderán su poder y potencial. Muchas voces a tu alrededor van a sugerir que es más acertado hacerle caso a los realistas y a los prácticos. Los visionarios suelen ser personas que incomodan a otros cuando deciden hablar de sus sueños y mucho más cuando esos sueños se cumplen. Es por eso que muchos prefieren anular las visiones de los soñadores. Todos los que cumplieron sus sueños tuvieron que callar esas voces que los invitaban a pensar que estos no eran cosa seria. Por eso, la clave para que los sueños no se deshagan es tomarlos muy en serio.Un breve sueño bien concebido puede desencadenar una potente fuerza creadora en otras personas y así, sueño a sueño, se pueden transformar mil realidades.De todas las características que poseemos, soñar es una de las más semejantes a la imagen de Dios. No somos solo un cúmulo de moléculas ni de células; tampoco una suma de instintos repetibles innatamente. Podemos soñar y eso es algo seriamente planeado por Dios. Él nos dio esa capacidad como rasgo fundamental de nuestra creación. Soñar equivale a crecer, conquistar, crear, arreglar y mejorar. Los sueños son una energía necesaria para mantener y refrescar la creación a nuestro alrededor. Ellos nos permiten ver lo invisible, creer lo increíble y lograr lo imposible. Por eso es que cuando soñamos podemos sentirnos completos en el Señor. Los sueños muchas veces son revelaciones de Dios, por eso hay que encararlos con pasión, compromiso y esfuerzo. Si así lo hacemos, vendrán los días en que se cumplirán estas visiones.Ya vienen los días en que se cumplirán las visiones.Ezequiel 12:23.Reflexionemos un pocoCuando sueñas despierto, ¿qué es lo que más anhelas?¿Por qué a Dios le gusta que soñemos?¿Qué sueños aún no has podido alcanzar? ¿Cuáles ya has alcanzado?Muchas personas se han olvidado de soñar y crear pensamientos positivos acerca de un futuro con éxito y victorias ¿A quién podrías ayudar a despertar al anhelo de soñar con Jesús?Título original: Los sueños son cosa seria
Autor: Lucas Leys

sábado, agosto 4

Vence el miedo

Usted sueña en abrir un negocio o iniciar una grande aventura, ¿pero se siente prisionero por el miedo de alguna cosa mala pueda suceder? Si su respuesta fue “si”, usted es igual a mucha gente. Según un estudio dirigido por una importante universidad, más de 80% de las personas desisten de sus sueños, optando al contrario, por cualquier cosa que surja en su camino. ¿Por que? Creo que esto tiene que ver con el uso equivocado del miedo. El miedo nos ata. Paraliza a las personas, impidiendo que alcancen las cosas que antes aspiraban realizar. No debería ser así. Este tipo de miedo necesita ser enfrentado. Solo esto ya es motivo para que muchos dejen de intentar. Les duele mucho encarar sus miedos, por eso, los ignoran, o entonces los evitan, fingiendo que el “destino” ya determinó su camino en la vida, lo que los libra de la responsabilidad de encarar el miedo. Esto proporciona muy poca comodidad a medida que las oportunidades de la vida van pasando. Si usted nunca se atrevió a ir en busca de sus sueños, tendrá muchos motivos para arrepentirse cuando mire por el espejo retrovisor de la vida. Aquí están algunos principios útiles para encarar y vencer el miedo: . Mucho de lo que tememos nunca sucederá. Se estima que más del 90% de las cosas que nos preocupan nuca suceden. Que desperdicio de tiempo invertido en “y si...”, cuando podemos estar buscando ¡“lo que puede ser”! La Biblia nos alerta: "En el temor de Jehová está la fuerte confianza; y esperanza tendrán sus hijos" (Proverbios 14.26). No se deje llevar por la preocupación. Ella es falta de fe y sus resultados negativos se traducen en la perdida de grandes alegrías. Mantenga su mente fija en las posibilidades positivas. Mire hacia el futuro con espíritu de esperanza y considere sus miedos como simples sombras sin sustancia. . Planee y Trabaje arduamente. Con frecuencia tenemos miedo por causa de nuestros fracasos pasados. Estas experiencias pueden haber sucedido por falta de conocimiento. El fracaso puede ser un buen maestro, pero la responsabilidad por aprender es nuestra. El fracaso puede ser un buen maestro, pero la responsabilidad por aprender es nuestra. Una mala experiencia no significa que el fracaso será inevitable. Es posible que apenas necesitemos saber más para poder planear mejor. Entonces colocamos nuestros planes en acción trabajando con entusiasmo, actuando con determinación, rumbo a nuestras metas.Los fracasos en la vida pueden ser minimizados si nos determinamos a planear y trabajar duro. No se dé por vencido, ni desista de sus sueños. Una paráfrasis de Proverbios 13:11 afirma: “Lo que viene fácil, fácil se va, pero la diligencia firme produce ganancias” . Sea valiente. Héroes son aquellos capaces de grandes sacrificios a pesar del miedo. Levántese y pase por encima de su miedo. Haga que el miedo trabaje a su favor. Los actores generalmente usan el miedo al palco a su favor. Este miedo, ellos dicen, les proporciona un margen que los capacita y los lleva al éxito. ¡La vida puede ser asustadora, pero no importa! Persiga su sueño, sea como sea. No bucee en la complacencia, ni acepte apenas lo que le caiga en las manos. Persiga sus deseos. Dios alertó a los israelitas en Josué 1:9 "Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente: no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios será contigo en dondequiera que fueres.” Si usted comúnmente se preocupa, entonces es como todo mundo. El grupo es enorme. ¿Pero es eso lo que usted desea? El tiempo es una mercadería limitada para todos. ¿Usted realmente desea desperdiciar sus oportunidades? ¡Creo que no! Pare de preocuparse – y ¡a trabajar! Muévase, si no va a tener que salir del frente, ¡porque atrás viene gente! Nosotros debemos solamente temer a Dios, lo que significa que debemos evitar el mal. Si su deseo es bueno, no hay que temer.

jueves, agosto 2

La alegria

Los seres humanos, pese a la pretensión de racionalidad, somos seres claramente emotivos. Experimentamos estados emocionales y nos apegamos a las que nos resultan gratificantes, y a veces a otras que no lo son tanto. En palabras de Chopra, “amamos el éxtasis”. Buscamos vivencias emocionales intensas y frecuentes, y recorremos toda una gama de emociones que van de la apatía a la euforia”.Una de esas emociones, que estimo que junto con la confianza y la serenidad, son el trio de emociones de éxito, es la alegría, la cual defino como una respuesta psicofísica satisfactoria y beneficiosa, que estimula cogniciones optimistas e impulsa acciones constructivas.La alegría puede ser percibida en la integridad de la persona toda, siendo así que quien la experimenta la revela en su salud, su lenguaje, sus decisiones, actos y, por supuesto, resultados. Y siendo que la alegría motiva percepciones positivas, reduce el estrés, aumenta los niveles de energía y nos hace más activos y resistentes, conviene preguntarse por qué son tan pocos los que se esfuerzan por elevar sus niveles y sostener su presencia en nuestro organismo y nuestra vida?Como humanos, tenemos la capacidad de pensar a través del lenguaje. Describimos y creamos realidades con palabras e imágenes, expresadas como pensamientos y palabras. También nos adaptamos como estrategia para sobrevivir en ambientes hostiles. Pensar nos hace viajar al pasado y culparnos, y viajar al futuro y atemorizarnos con pensamientos de problemas, errores y desgracias. Ese vaivén no controlado, nos aleja de la alegría y nos hunde en la culpa, el temor, la indiferencia, la desesperanza o la rabia. Acostumbrarnos a todo, puede hacer que aceptemos lo que podríamos cambiar con un poco de esfuerzo y confianza y voluntad. Costumbre y lenguaje pueden ser, entonces enemigos de la alegría y otros estados internos productivos.Debe entenderse que todo nuestro abanico emocional es necesario y ha sido creado por una razón, pues la rabia nos ayuda a defender un territorio que creemos vulnerado; la tristeza nos induce a reflexionar y revisarnos, para emerger renovados; la culpa nos hace revisar nuestra responsabilidad y moralidad, y el miedo nos alerta y protege de peligros potencialmente dañinos. Hay que vivir cada emoción, aunque algo muy negativo es permitir que las emociones limitantes se hagan un hábito, un automatismo, pues esto produce una ruptura del equilibrio orgánico y nos acerca a la enfermedad.Por esto, resulta importante rescatar en nosotros las experiencias de bienestar, volver a tomar control emocional y recuperar la algría de vivir. Para disfrutar de sus ventajas y beneficios, aceptemos primero la existencia de dos tipos de alegría, y de tres condiciones para su desarrollo en nuestro diario accionar. Los dos tipos de alegría son: la alegría reactiva y la alegría tendencia. Y las tres cualidades o actitudes requeridas para encender y sostener la alegría, son; la gratitud, el perdón y el optimismo.La alegría reactiva puede entenderse como una respuesta de corta duración que surge cuando nos topamos con un estímulo que evoca en nosotros recuerdos o expectativas favorables. Recibir la llamada de un buen amigo, recibir una propuesta de trabajo favorable, o encontrar un objeto apreciado que se hallaba perdido, son ejemplos de este tipo de alegría. La alegría como tendencia va un paso más allá, pues se refiere a un estado habitual, que se logra con un cambio enla manera de interpretar la realidad, es decir, de vernos a nosotros mismo, nuestras acciones y resultados, así como el futuro por venir. Implica, pues una decisión voluntaria y sostenida orientada hacia un buen vivir.Veamos las cualidades: La gratitud es la capacidad de reconocer la presencia de lo bueno en nuestra vida. (Aunque bueno y malo son variables relativas cada persona, en su tiempo, espacio y cultura, valora y define lo adecuado, beneficioso y significativo). Defino el optimismo como la capacidad de desear, buscar y confiar que nos acontecerá lo bueno, lo óptimo, lo mejor dentro de lo posible. El perdón, es la capacidad de superar de manera definitiva la idea destructiva de que fuimos victimas de un daño a causa de la intención o acción propia o de otro, así como sus emociones asociadas de culpa, odio, rencor o resentimiento.El paso esencial es trabajar en el desarrollo de estos requisitos de la alegría: La gratitud se desarrolla focalizando la atención en lo bueno vivido o recibido en el pasado y el presente. Haga una lista de "items" de lo agrdecible y exprese:"agradezco mi familia, mi salud, las enseñanzas de mi padre", etc. Así, desarrollará consciencia de gratitud y todo en un punto, prácticamente todo le parecerá maravilloso.El optimismo, habituándonos a esperar lo bueno, lo mejor, aunque aceptando los resultados con humildad. No se trata de vivir de un optimismo ciego, sino basado en la certeza de que somos seres capaces, inteligentes y creativos. La expectativa positiva acompañada de acción congruente, tiende un poder incalculable ya probado.El perdón se logra admitiendo que todo tiene una razón, aunque no la veamos por momentos; que todo trae un aprendizaje; y que a veces lo vivido es producto de lo sembrado y debe aceptarse sin soberbias y seguir adelante. Aceptar los hechos, no buscar culpables y cancelar todo deseo de cobrar deudas, permite perdonar, sanar y volver a la alegría.Así como es posible volver a la alegría realizando estos cambios cognitivos, en la mente, es posible apoyar el cambio conductualmente, con ejercicio, descanso, diversión y dieta sana. Actúe y verá refulgir de nuevo la luz de la alegría en cada uno de sus días. No espere por nadie, salvese usted mismo. Comience ahora. Ponga de nuevo brillo en sus ojos y fuego en su corazón. Gracias por leerme.Lic. Renny YagoseskyComunicador SocialAsesor OrientadorEscritorConferencista