Hola gente!!!! Buscando alguna cosita para enviarles, encontré este pequeño cuento de Paulo Cohelo, lo vi muy corto pero cuando volví a leerlo detenidamente me gusto para compartirlo…
Cuantas veces estamos tan metidos en lo que deseamos que forzamos a que eso suceda y en vez de que suceda solo nos llenamos de tensión porque no llega en el tiempo que nosotros queremos que llegue… un trabalenguas… pero en realidad muchas muchas veces sucede así, por lo menos en mi caso y tengo que soportar luego las consecuencias, de cómo dice el cuento, de tensionar mucho el arco y perder el aliento si no disparo y, les aseguro que cuando disparo fuera de tiempo no doy en el blanco.
La Biblia nos dice que todo tiene su tiempo bajo el sol, que todo es vanidad, que uno debe alegrarse con lo que tiene hoy en día que mañana trae su propio afán, si lees Eclesiastés veras que dice que así como venimos así nos vamos, que debemos alegrarnos y disfrutar de nuestro trabajo, sea mucho sea poco… en fin, vivir con alegría que cortos son los días en que estamos en esta tierra…
Uno se anuda muchas veces con gente o con circunstancias que solo te quitan el aliento o te tiene en constante tensión y esto solo te lleva a enfermarte y vivir traumado o frustrado porque no logras, lo que al fin , estas personas o situaciones quieren que logres…
Vivamos nosotros nuestra propia vida, difícil tarea, y los que tengan cosas en común o diferentes pero que sean de crecimiento para nuestras vidas o de complemento dejemos las pasar y que se hagan parte de ella.
Y lo que logres que lo logres a su tiempo porque cuando es a su tiempo no añade tristeza…esto también lo podes leer en la Biblia… que muchas veces es criticada pero que sabias palabras que contiene.
Con el cariño de siempre y mis mejores deseos para con todos ustedes.
Claudia
La Verdadera Tensión
“Cuando tengo el arco estirado” dice Herrigel a su maestro zen “llega un momento
en el que, si no disparo inmediatamente, siento que voy a perder el aliento”.
“Mientras intentes provocar el momento de disparar la flecha, no aprenderás el
arte de los arqueros” dice el maestro. “La mano que estira el arco debe abrirse
como la mano de un niño. Lo que a veces altera la precisión del tiro es la voluntad
demasiado activa del arquero”.
Un guerrero de la luz a veces piensa: “todo aquello que yo no haga, no se hará”.
Y no es exactamente así: él debe actuar, pero ha de dejar también que el Universo
actúe en su debido momento.
Cuentos Paulo Coelho
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