Todos los seres humanos contamos con virtudes y con defectos. Todos poseemos habilidades individuales que nos llenan de orgullo y satisfacción, pero también contamos con limitaciones que nos frenan y producen insatisfacción e infelicidad. ¿Sabes tú cuáles son las habilidades que te destacan y diferencian del resto de las personas? ¿Conoces cuáles son las limitaciones que te doblegan y minimizan? Recuerda que el tomar consciencia de ellas es el primer paso para superarlas. ¿Quieres mejorar cada día? ¿Quieres expandir tus propios límites? Tú puedes hacerlo. Para ello, sólo debes entender que cualquier habilidad que posees actualmente fue adquirida y perfeccionada en el transcurso del tiempo. Cuando naciste, no contabas con ningún conocimiento, pero a medida que los años fueron pasando fuiste aprendiendo importantes lecciones que te enriquecieron profundamente. Entiende que ese proceso de perfeccionamiento no tiene fin en sí mismo, sino que eres tú quien determina cuándo parar de hacerlo. ¡Ojalá que nunca lo hagas! Entiende que lo que denominamos virtudes y habilidades, no son más que lecciones aprendidas que se materializan en acciones concretas. Por el contrario, lo que normalmente denominamos limitaciones, por lo general no son realmente limitaciones sino que es una ausencia de conocimiento. En otras palabras, si no sabes hacer algo, se debe, probablemente, a que todavía no has dedicado el tiempo y el esfuerzo para adquirir los conocimientos necesarios, ponerlos en práctica y perfeccionarlos. Entiende que el no haber aprendido algo, no es una limitación; es simplemente un espacio vacío que debe ser llenado. Queda en ti la responsabilidad de completar esos espacios. Sin embargo, para lograrlo, tendrás que dejar atrás tu mayor limitación: El miedo a equivocarte. El miedo a fracasar. Recuerda que siempre que intentes aprender algo nuevo te equivocarás. Siempre que te fuerces más allá de tus conocimientos actuales harás equivocaciones. Lo importante, es entender que fallar y equivocarse no es fracasar, sino aprender. Nuestros peores errores son nuestros mayores aprendizajes. Intentar algo y equivocarse no significa fracasar, significa evolucionar. Fracasar, por el contrario, es permanecer estático y expectante. Fracasar es ser conformista. Fracasar es aceptar una realidad que no te hace feliz. Tú puedes lograr cualquier cosa que te propongas. Parte, sabiendo exactamente qué es lo que deseas lograr. Luego, define un plan de acción. Y, además, propónte luchar incansablemente hasta alcanzar dicha meta. Prométete sentirte bien al equivocarte, ya que en ese momento habrás aprendido algo nuevo que te acercará aun más a ese objetivo que ya te has fijado. Deja atrás el miedo a fracasar y te habrás despojado de tu mayor impedimento.Vive con pasión y entusiasmo, sabiendo que TÚ TAMBIÉN PUEDES.
Vive con pasión y entusiasmo, sabiendo que TÚ TAMBIÉN PUEDES.
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