martes, febrero 13

El desaliento

Permítame compartir con usted lo que una palabra, actitud o acción de desanimo produce sobre las personas:

Nos impide llegar a ser lo que Dios tenia intención que fuéramos.
Esconde las bellezas de la vida a nuestras vidas.
Asfixia nuestras ambiciones.
Nos amontona con las multitudes de perdedores.
Apaga nuestra luz, que debe brillar claramente para Jesús.
Nos identifica con el fracaso.
Hace que las dudas controlen nuestras acciones.
Atrofia nuestras mentes para que no sean creativas.
Paraliza nuestra fe.
Magnifica nuestros problemas.
Obstruye nuestra influencia positiva sobre otros.
Nos fuerza a ser introvertidos.
Nubla nuestra visión.
Destroza nuestros sueños.

El desaliento es un terrible impedimento para vivir efectivamente.

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