miércoles, enero 14

A de Alegría

Hola Gente!!! Como se encuentran??? Espero mas que bien… se que ya he enviado un articulo que tengo hable sobre la alegría pero me rondo la cabeza de nuevo este tema asi que buscando encontré este y me encanto… cuando lo lean van a ver de que manera tan simple esta explicado como podemos volver a vivir alegres “a pesar de…”.

Que mas decirles… paren un poco, respiren ondo, evalúen donde están, hasta donde han llegado, las cosas buenas ,las malas… como cuando hacen limpieza, lo que todavía sirve pero necesita un remiendo arréglenlo, lo que no sirve a la basura, lo que sirve en un lugar visible como recordatorio que sirve y que lo tenemos que es nuestro, en un papelito anotar lo que todavía nos falta y pegarlo en la puerta de la heladera de nuestra vida así no olvidamos de ir por ello cuando los problemas o las malas circunstancias nos agobien dejándonos robar el tiempo de hacer o ir por eso que escribimos en el papelito… que mas??? Nada ni nadie nos puede robar la alegría si nosotros no le damos el permiso, como dice en el articulo nosotros podemos elegir que reacción vamos a tener delante de cada circunstancia que nos toca vivir…

Como dice la Pablo “Nos vemos atribulados en todo, pero no abatidos; perplejos, pero no desesperados; perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no destruidos.” O David “Tú has hecho que mi corazón rebose de alegría, alegría mayor que la que tienen los que disfrutan de trigo y vino en abundancia.” Y si todavía no podes sacar esa alegría que Dios ha colocado en vos desde… que decirte… desde antes de que alguien supiera que ibas a nacer… dice David “Cuando en mí la angustia iba en aumento, tu consuelo llenaba mi alma de alegría.”

Que mas??? Es tu decisión que queres ser o como queres ser en la vida. Yo quiero ser feliz y como yo decido querer serlo busco lo qu eme hace feliz y lo disfruto. Por ahí hoy solo fue salir y respirar aire puro, ayer por ahí fue ir de compras… mañana será abrazar a mis hijas y en el futuro, quien sabe, podrá ser estar rodeada de mis nietos…

Que decidís vos? Espero decidas disfrutar de lo que cada día trae a tu vida y si no te conformas con eso salí a buscar lo que sueña tu corazón!!!
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Claudia


A de Alegría



Hace años, cuando yo no era más que una adolescente, era frecuente que al describir a una persona o decir alguna cualidad, se dijera "es muy alegre". Ahora raramente se escucha, preferimos utilizar palabras referidas a una conducta determinada o a como es desarrollada una tarea o función y decimos "es... competente, pro-activo, líder, buen gestor, comunicador, etc.", como si aspectos referidos a la esencia de las personas, como el ser alegre, fueran componentes insignificantes o de menor cuantía.

Cuando leo en el diccionario ideológico de Casares la descripción y significado de la palabra alegría: "animación y sentimiento grato que produce la posesión o esperanza de un bien", no puedo evitar el pensamiento acerca de ¿dónde se fue la alegría? Cada vez tenemos más posesiones y mostramos menos alegría, lo que no significa que no la tengamos, que no dispongamos de ella.

Viajo con frecuencia en distintos medios y me gusta observar a las personas y calibrar sus estados anímicos y, salvo alguna excepción, justo sonríen... no es habitual la carcajada, la risa, muestra por excelencia de la alegría.

Quizás es que ese aspecto de gratitud por la posesión de un bien, o la esperanza de tenerlo, ya no nos produce lo mismo que antaño. ¿Apreciamos menos lo que obtenemos? ¿Nos satisfacen los objetivos conseguidos?

Por otro lado hay personas orientadas a lo que falta en sus vidas, en lugar de tener en cuenta lo que si tienen disponible y es difícil, desde esta perspectiva, sentir esa sensación que nos puede conectar con la alegría.

Creo que confundimos con mucha facilidad la alegría como reacción con la alegría como tendencia vital.
La alegría como reacción aparece ante una situación puntual, quizás nos entusiasmamos por un reconocimiento que obtenemos, quizás hemos conseguido adquirir algo que deseábamos con gran empeño. ¿Cuánto dura esa sensación maravillosa de que "somos importantes" o de satisfacción por nuestra adquisición?, lamentablemente suele ser transitoria y nos empeñamos en perseguir estos pequeños momentos como si uno tras otro pudieran transformarse en algo perpetuo.

Por supuesto que disfrutar de la alegría procedente de esos momentos descritos es lícito y deseable y, sin duda lo podemos hacer de un modo más intenso si tenemos esa disposición interna orientada a eso que llamamos "alegría de vivir", esa sensación que no necesita de nada ni de nadie, que existe como una corriente y de la que podemos tomar y distribuir sin costo y sin medida.

Hablamos y leemos mucho acerca de valorar lo importante, de que las posesiones no nos hacen felices, que tenemos que mirar hacia nuestro interior... ¿Qué nos está quitando la alegría procedente de nuestra esencia? Lo sabemos con seguridad y no lo actuamos, como en tantas otras ocasiones, el paso que marca la diferencia no lo damos, solo lo pensamos. Y pensar no es actuar.

Al leer una frase de una poetisa inglesa, llamada Edith Sitwell que dice "Si uno es un galgo, ¿por qué fingir que es un pequinés?" pensé en que, cuando somos niños, solo nos ocupamos de ser lo que en cada momento somos, en vivir el momento presente tal cual es y en esa etapa suele primar la alegría de la que hablamos, ¿en que momento pasamos a ser lo que desean los que nos rodean? ¿En que momento queremos ser un pequinés a costa de lo que sea? ¿Cuando perdemos (no disfrutando ni viviendo) el momento actual ocupados en otro tiempo que no es el ahora?

Nos olvidamos de que tenemos el derecho y la obligación de atender a lo que significan nuestros valores, a lo que es importante para nosotros, a encontrar el sentido y propósito de nuestra vida.

Entonces... ¿Cómo recuperar esos aspectos "perdidos" y que nos conectan con nuestra esencia de la alegría?

Para responder a esta pregunta, no puedo dejar de mencionar de Víktor Frankl, cuyo libro "el hombre en busca de sentido" es un impresionante testimonio donde explica la experiencia que le llevó al descubrimiento de la logoterapia. Uno de sus principios dice que cada uno de nosotros tiene la libertad de escoger su actitud ante cualquier circunstancia de la vida, por muy desesperada o difícil que ésta sea.

Claramente, entre un estímulo y una respuesta hay un espacio y en este espacio se halla nuestra libertad de elegir. Efectivamente estamos siempre eligiendo, aunque no lo creamos ni nos demos cuenta, nuestras respuestas, nuestros pensamientos y, por tanto, nuestras emociones. ¿Por qué no elegir la alegría?, es una de las emociones básicas, igual que el miedo o la tristeza, aunque parece que estas últimas son de más fácil elección.

En una reciente entrevista a la primera dama francesa, en relación a la muerte de una persona muy estimada por ella, decía: "la tristeza es extraña y, sin embargo, lo más cercano que tenemos". En pensamientos como éste es cuando confundimos una reacción lógica ante un evento ciertamente triste como la pérdida de un amigo y que eso mismo sea lo más relevante en la vida, tanto la tristeza como la alegría son elementos constitutivos de nuestro ser, son emociones comunes a los seres humanos e igual de cercanas. Decidimos nosotros donde ponemos el acento.

Otro aspecto que nos lleva a la alegría es la coherencia, es decir, movernos de acuerdo con lo que nos hemos comprometido y asumir la responsabilidad de nuestra vida. Cuando una persona es íntegra, está auto-centrada y en equilibrio, se muestra alegre, de esa forma natural, no impostada, que proviene del interior y que expande a su alrededor.

No podemos dejar de tener en cuenta, a la hora de pensar en lo que nos priva de la alegría, a nuestros saboteadores internos relacionados con los recuerdos. De sobras sabemos que los recuerdos no siempre son fieles a lo que sucedió en realidad. ¿Cuántas veces hemos adornado, para bien y para mal lo acontecido?. ¿Cuantas veces decimos que no podemos olvidar o perdonar?
¿Qué nos impide reconciliarnos con nuestra historia y quedaros libres para sentir la alegría de vivir? Es una buena elección vivir, a partir de ahora, con gozo.

Martin Seligman, fundador del movimiento de la Psicología Positiva, dice que nos aferramos fácilmente a la tristeza no perdonando en vez de re-escribir y transformar nuestros recuerdos para una mayor satisfacción con la vida. "No puedes hacer daño al culpable no perdonando, pero puedes liberarte a ti mismo perdonándolo". Y la libertad lleva muy cerca la alegría.

Y como olvidarnos la paciencia. En los tiempos actuales no parece haber un lugar para la paciencia, todo se mueve rápido, no damos tiempo a que algunas cosas se asienten y exigimos y nos exigimos de una forma excesiva. Es como si queremos que la planta crezca más aprisa estirando los brotes. Así lo hacemos en nuestra vida cotidiana cuando no nos damos tiempo para que de fruto nuestro trabajo, nos desesperamos si no produce rápido los beneficios previstos o cuando apresuramos el crecimiento de nuestros hijos sin disfrutar la alegría de su día a día.

Una forma de generar alegría es disfrutar del proceso. Decimos "el viaje es el camino, no el destino" como una linda frase y nos obstinamos en recorrer ese camino a muchos kms/hora, en vez de observar el paisaje y los sucesos. La paciencia es un duro entrenamiento con resultados increíbles en términos de los que nos ocupa, la alegría.

También podemos disfrutar y agradecer las lecciones amables de la vida, yo creo firmemente en que se aprende de las dificultades, pero también de las bondades eso, por supuesto, si estamos presentes y alerta, de lo contrario muchas cosas, incluida la alegría se nos escapan de nuestro foco. Tal como decía John Lennon "la vida es eso que ocurre mientras estamos ocupados", me parece de una gran sabiduría darse cuenta (no solo intelectualizar) que todo ocurre en el momento presente.

Si estamos atentos a todo lo anterior, atentos a nuestra vida y no actuamos como robots, la alegría puede estar presente en nuestro vivir, acompañándonos aunque el momento que estemos pasando no sea el mejor. Hablo de poder conectar con lo hermoso de la existencia, de la naturaleza y de las personas, poder pararse y respirar profundamente apreciando todo eso con gratitud, aunque las circunstancias no sean fáciles.

Y, por último, me gustaría recordar que siempre se puede pedir ayuda profesional. Muchas veces necesitamos co-pensar con otro para revisar aspectos, rediseñar acciones y re-significar partes de nuestra historia para poder volver a conectar con nuestra esencia.

Sin miedo, con confianza y con el deseo de un mejor vivir lleno de alegría, al que tenemos pleno derecho.

Autora: Pilar Segura
Psicóloga Clínica y de Organizaciones
Coach Personal y de Empresas
Mentora de Empresas Familiares

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