viernes, enero 25

No estás deprimido, estás distraído

No estás deprimido, estás distraído, distraído de la
vida que te puebla.

Distraído de la vida que te rodea: delfines, bosques,
mares, montañas, ríos.
No caigas en lo que cayó tu hermano, que sufre por un
ser humano cuando en el mundo hay 5,600 millones.
Además no es tan malo vivir solo.

Yo la paso bien, decidiendo a cada instante lo que
quiero hacer, y gracias a la soledad me conozco; algo
fundamental para vivir.

No caigas en lo que cayó tu padre, que se siente
viejo porque tiene 70 años, olvidando que Moisés
dirigía el éxodo a los 80 y Rubinstein
interpretaba como nadie Chopin a los 90. Solo por
citar dos casos conocidos.

No estás deprimido, estás distraído, por eso crees
que perdiste algo, lo que es imposible, porque todo
te fue dado. No hiciste ni un solo pelo de tu cabeza
por lo tanto no puedes ser dueño de nada. Además la
vida no te quita cosas, te libera de cosas. Te
aliviana para que vueles mas alto, para que alcances
la plenitud. De la cuna a la tumba es una escuela, por
eso lo que llamas problemas son lecciones.

No perdiste a nadie, el que murió simplemente se nos
adelantó, porque para allá vamos todos. Además lo
mejor de él, el amor, sigue en tu corazón. ¿Quién
podría decir que Jesús está muerto? No hay muerte:
hay
mudanza. Y del otro lado te espera gente maravillosa:
Gandhi, Michelangelo, Whitman, San Agustín, la Madre
Teresa, tu abuela y mi madre, que creía que la pobreza
está más cerca del amor, porque el dinero nos distrae
con demasiadas cosas, y nos aleja por que nos hace
desconfiados.

Haz sólo lo que amas y serás feliz, y el que hace lo
que ama, está benditamente condenado al éxito, que
llegará cuando deba llegar, porque lo que debe ser
será, y llegará naturalmente. No hagas nada por
obligación ni por compromiso, sino por amor. Entonces
habrá plenitud, y en esa plenitud todo es posible. Y
sin esfuerzo porque te mueve la fuerza natural de la
vida, la que me levantó cuando se cayó el avión
con mi mujer y mi hija; la que me mantuvo vivo cuando
los médicos me diagnosticaban 3 ó 4 meses de vida.

Dios te puso un ser humano a cargo, y eres tú mismo. A
ti debes hacerte libre y feliz, después podrás
compartir la vida verdadera con los demás.

Recuerda a Jesús: “Amarás al prójimo como a ti mismo”.
Reconcíliate contigo, ponte frente al espejo y piensa
que esa criatura que estás viendo es obra de Dios; y
decide ahora mismo ser feliz porque la
felicidad es una adquisición .

Además la felicidad no es un derecho sino un deber,
porque si no eres feliz, estás amargando a todo el
barrio. Un solo hombre que no tuvo ni talento ni
valor para vivir, mandó matar seis millones de
hermanos judíos.

Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la
tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de
tiempo. Tenemos para gozar la nieve del invierno y
las flores de la primavera, el chocolate de la
Perugia, la baguette francesa, los tacos mexicanos, el
vino chileno, los mares y los ríos, el fútbol de los
brasileiros, Las Mil y Una Noches, la Divina
Comedia, el Quijote, el Pedro Páramo, los boleros de
Manzanero y las poesías de Whitman, Mahler, Mozart,
Chopin, Bethoven, Caravaggio, Rembrant, Velásquez,
Picasso y Tamayo entre tantas maravillas.

Y si tienes cáncer o sida, pueden pasar dos cosas y
las dos son buenas; si te gana, te libera del cuerpo
que es tán molesto: tengo hambre, tengo frío, tengo
sueño, tengo ganas, tengo razón, tengo dudas… y si
le ganas, serás más humilde, más agradecido, por lo
tanto fácilmente feliz.

Libre del tremendo peso de la culpa, la
responsabilidad, y la vanidad, dispuesto a vivir cada
instante profundamente como debe ser.

No estás deprimido, estás desocupado. Ayuda al niño
que te necesita, ese niño será socio de tu hijo.
Ayuda a los viejos, y los jóvenes te ayudarán cuando
lo seas. Además el servicio es una felicidad segura,
como gozar a la naturaleza y cuidarla para el que
vendrá. Da sin medida y te darán sin medidas.

Ama hasta convertirte en lo amado, más aún hasta
convertirte en el mismísimo amor.

Y que no te confundan unos pocos homicidas y
suicidas, el bien es mayoría pero no se nota porque
es silencioso, una bomba hace más ruido que una
caricia, Pero por cada bomba que le destruya hay
millones de caricias, que alimentan a la vida.

Facundo Cabral

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