viernes, octubre 10

La vida sin asignaturas pendientes

Hola Gente!!! Llego otro finde!!! Les dejo un tema que ya hemos recorrido pero cada tanto nos viene bien recordar… ya que el primer paso para poder caminar hacia lo que deseamos alcanzar es el perdón y como primer persona a hacerlo somos nosotros mismos…
Gente... les invito entren en www.conunzion.com y de ahi a edifica-t en ese espacio estoy como administradora de los ariticulos que se postean y he posteado uno, escrito por mi, sobre el amor.

Me gustaria si me dejan sus comentarios sobre si les gusto el escrito... Gracias!!!

Cariños

Claudia



Aceptar el pasado

La interpretación de decisiones anteriores más o menos acertadas debe alejarse del concepto de fracaso y acercarse al aprendizaje vital

Quien cree que cometer errores equivale a fracasar, olvida que las equivocaciones forman parte fundamental de todo aprendizaje. Además, niega la posibilidad de reparar aquello que siente como una asignatura pendiente y que tal vez pueda solucionarse, siempre y cuando se haga para mejorar el presente y no con la intención de reparar el pasado. "Si hubiese hecho, si hubiese dicho, si me hubiese comportado de otra manera o hubiera optado por la otra opción"... Echamos la vista atrás y nos culpabilizamos por acciones de nuestro pasado y pensamos que ahora pagamos las consecuencias. También achacamos lo que no nos gusta del presente a situaciones desfavorables que nos tocó vivir. Concluimos entonces que, si pudiéramos, cambiaríamos algunos capítulos de nuestra vida porque son culpables de que no tengamos lo que merecemos y de que no seamos lo felices que podríamos ser.

¿Cuánto de razón o sinrazón hay en ello?

Hemos de admitir que las decisiones que resultaron no ser las más acertadas condicionan muchas facetas de nuestra vida. De hecho, lo que somos es producto tanto de lo que hicimos como de lo que dejamos de hacer, y nos afecta en lo académico, profesional, doméstico y emocional. Es comprensible que en determinadas situaciones, que suelen coincidir con momentos de inestabilidad o de carencias emocionales, nos lamentemos por no haber adquirido habilidades concretas o por haber dejado escapar a aquella persona que tanto bien nos hacía. Sentirlo con cierta añoranza no es negativo, siempre que aceptemos nuestro presente y lo vivamos con agrado, no con resignación. Pero si no partimos de esa aceptación satisfactoria y andamos de continuo con la vista atrás pensando en lo que fue y en lo que pudo haber sido, tendremos que plantearnos si no estamos viviendo con asignaturas pendientes.

Cuáles pueden ser las asignaturas pendientes

· Añorar con dolor y sentimiento de fracaso el no haber cursado determinados estudios.

· No haber aclarado aquel malentendido por el que perdimos a una persona querida.

· No habernos despedido o haber manifestado nuestro amor a esa persona que amábamos y se nos fue.

· Pensar que no hicimos lo suficiente por alguien y sentir que, no sólo hemos decepcionado a esa persona, sino también a nosotros mismos.

· Creer que hubiéramos podido evitar alguna desgracia que ocurrió en nuestro entorno.

· Culpabilizarnos de la falta de decisión o bien de la decisión tomada sobre algún asunto importante, por las consecuencias que ha tenido en nuestra vida.

Las citadas asignaturas pendientes corresponden a situaciones del pasado cuya influencia en nuestra realidad cotidiana tendemos a magnificar. Vistas en la actualidad y con un sentimiento de fracaso, incapacidad e incluso de culpa, podemos idealizar lo que hubiera sido nuestra vida si no existieran, si hubiéramos sabido gestionar lo que ocurrió de manera diferente. Pero lo cierto es que no hay vuelta atrás y no sabemos, ni podremos saber, qué hubiera sido de nosotros y de nuestras vidas si nuestra asignatura pendiente no existiera.

¿Por qué se hacen presentes las asignaturas pendientes del pasado?

· Porque no nos gusta ni aceptamos nuestra vida tal y como es.

· Perseguimos la ilusión de un 'mundo perfecto' y consideramos que lo que hicimos o dejamos de hacer es la clave de nuestro infortunio.

· Nos comparamos con lo que otros tienen y en esta competición nos arrepentimos de decisiones que tomamos en el pasado.

· Nos sentimos culpables por haber fallado a alguien.

· Pensamos que dejamos escapar oportunidades especiales.

· Juzgamos que no supimos, por incapacidad o por miedo, abordar algún problema al que había que dar respuesta.

· Suponemos que huimos por cobardía de algo que dejamos sin solucionar.

· Lamentamos que fuimos unos irresponsables y no hicimos lo que debíamos por falta de esfuerzo y disciplina.

· Percibimos que nos falló la oportunidad o las condiciones que deberíamos haber tenido para poder hacer tal o cual cuestión.

Como se ve, en las asignaturas pendientes se mezclan sentimientos dolorosos, como la insatisfacción, la incapacidad personal, la falta de confianza, la irresponsabilidad, la exigencia perfeccionista, el victimismo, el miedo y la culpa. Se sostienen porque se parte de la falsa creencia de que cometer errores equivale a no valer. Las equivocaciones del pasado se toman, entonces, como fracasos personales y no como parte fundamental de todo aprendizaje, olvidando que sirven para percibir lo que no nos conviene o nos hace mal. Usarlas para maltratarnos y castigarnos, además de despojarlas de su utilidad, nos lleva a recaer en otro nuevo error: castigarnos.

Además, dependiendo de nuestro momento actual y de cuál sea nuestra asignatura pendiente quizá podamos reparar aquello que pensamos que hicimos equivocadamente, acometer lo que no hicimos, aclarar malentendidos, decir lo que no dijimos, pedir perdón o dar las gracias. Pero es importante hacerlo desde la idea de que nos va a procurar mayor felicidad y ahora es posible porque se ha aprendido del error del pasado. Hacerlo para llenar huecos y negar lo que fue es no vivir el presente.

Para no caer en nuevas asignaturas pendientes, tengamos en cuenta que...

· Nuestra vida no puede funcionar exclusivamente por el concepto del DEBER, que en ella hemos de dar cabida al QUERER.

· La comparación, la competitividad y la insatisfacción son malas compañeras de viaje y nos llevan a no poner punto y aparte a ningún capítulo de nuestra vida.

· Nuestra responsabilidad ha de ser para con nuestra vida y no con la de los demás.

· El miedo es necesario para no caer en una osadía temeraria, pero no hay que dejar que paralice ni bloquee nuestras conductas.

· El sentimiento de culpa nos avisa de la transgresión de los valores por los que nos guiamos y nos incita a que revisemos nuestro comportamiento, pero no por ello hay que autoagredirse con reproches, descalificaciones ni desvalorizaciones.

· Nuestros errores no deben servirnos para que nos sintamos incapaces, inútiles ni inferiores, sino para aprender en próximas ocasiones.


CONSUMER EROSKI

Hageo 2:15
Ahora, pues, meditad en vuestro corazón desde este día en adelante…

2 Crónicas 6:26-31
Cuando los cielos se cierren y no haya lluvias, por haber pecado contra ti, si oran a ti en este lugar y confiesan tu nombre, si se convierten de sus pecados cuando los aflijas, tú los oirás en los cielos y perdonarás el pecado de tus siervos y de tu pueblo Israel, les enseñarás el buen camino para que anden en él y enviarás lluvia sobre tu tierra, la que diste por heredad a tu pueblo. Cuando haya hambre en la tierra, o pestilencia, o las plantas se sequen por el calor, o sean atacadas por hongos, las langostas o el pulgón; cuando los sitien sus enemigos en la tierra donde habiten; cualquier plaga o enfermedad que sea; toda oración y todo ruego que haga cualquier hombre, o todo tu pueblo Israel, cualquiera que conozca su llaga y su dolor en su corazón, si extiende sus manos hacia esta Casa, tú oirás desde los cielos, desde el lugar de tu morada; perdonarás y darás a cada uno conforme a sus caminos, habiendo conocido su corazón; porque sólo tú conoces el corazón de los hijos de los hombres; para que te teman y anden en tus caminos, todos los días que vivan sobre la faz de la tierra que tú diste a nuestros padres.

Apocalipsis 21:5
El que estaba sentado en el trono dijo: «Yo hago nuevas todas las cosas». Me dijo: «Escribe, porque estas palabras son fieles y verdaderas».

Salmos 37:24
Cuando el hombre caiga, no quedará postrado, porque Jehová sostiene su mano.

Proverbios 24:16
…porque aunque siete veces caiga el justo, volverá a levantarse, pero los malvados caerán en el mal.

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